Tradicionalmente el Espíritu Santo ha sido denominado la tercera persona de la Trinidad. El cristianismo cree en un solo Dios que existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta es la manera en que la Biblia presenta a Dios.
Cuando Jesús se aproximaba al momento en el que iba a morir y luego regresar al cielo, dijo a sus discípulos que enviaría a otra persona a tomar su lugar y a estar con ellos. Esa persona es el Espíritu Santo, la presencia de Dios en el mundo y en la vida del creyente. Según qué traducción de la Biblia uses, lo verás mencionado como Consejero, Consolador, Defensor, o algún otro nombre similar.
Cuando experimentas el nuevo nacimiento (la conversión, la salvación), el Espíritu Santo viene a vivir en ti.