Si bien estamos analizando el concepto de salvación conviene estar seguros de que entiendas una expresión que quizás hayas escuchado alguna vez: ser nacido de nuevo.
Jesús usó por primera vez la frase en una conversación a solas con un líder judío llamado Nicodemo. Juan registra las palabras de Jesús: Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo no puedes ver el reino de Dios (Juan 3:3).
Se usa nuevamente en 1 Pedro 1:23. Dirigiéndose a los seguidores de Jesús, el apóstol Pedro dice: Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios. Y el apóstol Juan utiliza la palabra siete veces en el libro de 1 Juan.
En esencia, ser nacido de nuevo se refiere al nacimiento espiritual. Describe lo que ocurre cuando entregas tu vida a Jesús y te conviertes en su discípulo. Todos nosotros entramos en este mundo mediante el nacimiento físico, natural. Nacer físicamente nos hace seres humanos. Nacer espiritualmente (nacer de nuevo) nos hace hijos de Dios, miembros de la familia de Dios, parte del reino de Dios.
Nicky Gumbel, el líder mundial del curso Alfa, describe así a este nacimiento: así como un hombre y una mujer se unen en un acto de amor que da el nacimiento a un bebé físico, cuando el Espíritu de Dios se une al espíritu de un varón o de una mujer en un acto de amor, ocurre un nacimiento espiritual. En ese momento te conviertes en una nueva persona.
La Biblia nos da el significado de lo que ocurre con estas palabras: Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! (2 Corintios 5:17). Dios te da un comienzo totalmente nuevo.