Tener fe implica lo que acabas de leer. Además, tener fe implica confiar en Dios cada día, a medida que lo conoces cada vez más y creces en tu relación con él. Puedes esperar que tu fe crezca y se profundice a medida que leas tu Biblia, ores a Dios, y tengas comunión con otros creyentes. Cuanto más ahondes en ella, tanto más fuerte será tu fe.