Alguien describió así a la oración cristiana: La oración auténtica es un acercamiento del alma por medio del Espíritu de Dios hacia el trono de Dios … la verdadera oración no es un mero ejercicio mental ni una declamación. Es mucho más profundo que eso. Es una transacción espiritual con el Creador del cielo y de la tierra … nuestro espíritu mantiene comunión con él, le presenta sus peticiones, y recibe de él respuestas de paz. La verdadera oración es un asunto espiritual del comienzo al fin (Charles Haddon Spurgeon).
La oración cristiana es nuestra conversación con Dios, en el nombre de Jesús, acompañada por el poder del Espíritu Santo. Jesús oraba en forma habitual. Enseñó a sus discípulos a orar. Él espera que sus seguidores se acerquen a Dios en oración, lo adoren y lo alaben, le den gracias, le presenten peticiones personales, y oren por otros. Orar a Dios a diario nos ayuda a orientar nuestra vida a lo largo de cada día.