Lo primero que puedes hacer es chequear, investigar, hacer una exploración. ¿Está la afirmación respaldada en los hechos? Esto vale para muchas cosas. Pero no para todas. Por ejemplo, ¿cómo puedes saber que la afirmación Dios te ama es verdadera? ¿Dónde encuentras la comprobación fáctica?
En esos casos, necesitas pesar las probabilidades considerando otras declaraciones y comparándolas con la manera en que Dios actuó en el pasado, por ejemplo en los relatos en la Biblia.
Tu manera de decidir que algo es verdad se relacionará con la manera en que llegaste a conocer aquello. Algunas son cosas que otros nos enseñan y las aceptamos como verdaderas porque confiamos en la persona que nos las dijo. Otras cosas las aprendemos por la experiencia. Y aun otras, pareciera que las conocemos intuitivamente. Aprendemos (y llegamos a entender) las verdades espirituales mediante el Espíritu de Dios que obra en nuestra mente y corazón. No son verdades deducidas mediante el razonamiento humano.