Para tener tiempo de oración personal, busca un lugar donde puedas tener algo de privacidad, y simplemente comienza a hablarle a Dios de la manera en que lo harías a un amigo. Puedes arrodillarte, estar sentado, de pie, o acostado en el piso. Algunas personas caminan por la habitación mientras oran. Puedes cerrar tus ojos o mantenerlos abiertos, de la manera en que mejor te concentres en Dios y en su presencia continua.
Quizás quieras comenzar leyendo un salmo de alabanza, como el Salmo 96, o algún otro Salmo que se dirija directamente a Dios. Después de un breve lapso de adoración, comienza a preguntarle a Dios sobre cualquier asunto que esté en tu corazón. Entonces agradécele por escucharte y pídele que responda a tus oraciones.